martes, 31 de mayo de 2016

Diseño para mi

Desde que comencé la carrera de diseño, me fui empapando de temas diversos, y también de preguntas, muchas. Una de las más recurrentes, sigue siendo ¿qué es el diseño en si?, y qué lo diferencia -como disciplina- de otras actividades que a simple vista parecen similares.
Supongo que es la pregunta recurrente del diseñador, su motivación curiosa, la pólvora de su creatividad, y con suerte no se va a despejar nunca, o a mi entender, no debería.

Una de tantas cosas que tanto me llaman la atención para mi agrado, es su carácter anecdotario e infinito. Una vez dado los primeros pasos en este mundo del diseño (como estudiante), la mayor parte de las cosas, lo de todos los días, cambia, muta. Lo que antes resultaba ser un misterio, una curiosidad, ahora pasa a ser un dato puntual, anecdótico, pero que nunca termina ahí, si se quiere se puede ir más allá de él.

Diría que hay un antes y un después de comenzar a "estudiar diseño", y en mi caso experimenté un doble "antes y después", ya que primero comencé en el diseño industrial, durante un año, y luego opté por probar con el diseño gráfico, comenzando de cero, y con ambos submundos vivo esta experiencia.

ANTES 1) Abría el diario, sección internacionales, "Reuters", noticia... blablabla, comentarios sobre la noticia, y hasta ahí. El epicentro era la noticia, y su radio era proporcional a la magnitud de la misma, luego pasaba a un nuevo tema sin conexión.
Ahora (el después), abro el diario en la misma sección, vuelvo a leer "Reuters", e inmediatamente, se me abre un globito de pensamiento con muchos puntitos que formaron sus identidades, sin mucha vuelta salto al dato anecdótico-informativo: Creado por Alan Fletcher, de origen inglés nacido en África en 1931, con una vida profesional prolifera según críticos y observadores, que regó de logos al mundo, pero que un día decidió jubilarse de la oficina-estudio en la que cosechó tantos éxitos, e instalarse en su estudio-hogar para explorar lo que su mente le pedía.
Saltó de los puntitos negros y las formalidades del marketing, a las expresiones de los colores frescos y húmedos de la creatividad.

ANTES 2) Zapping, me detengo en un programa sobre la visión del diseño en el futuro inminente, conduce un tal Starck, lo asocio de inmediato con el Señor de Invernalia -ya se que se escriben distinto, pero su imagen acústica es igual-, parece un tipo curioso, casi como un niño.
Hoy veo el programa nuevamente, y ya no es el de antes. Ese "tipo", es Philippe Starck, un diseñador industrial de esta época, para mi todavía novata comprensión, alguien que se animó a cuestionar asuntos que se daban por sentado. El creador del horrible Juicy Salif (me van a disculpar, pero siempre la observo y no deja de recordarme a un arácnido más que a un calamar, y lamentablemente esos bichitos no me agradan en absoluto, por lo que va a quedar para siempre condenada en mi mente), que tanto éxito ha traído consigo.

Y así podría relatar más comparaciones.

El estudio del diseño se ha convertido en una varita mágica que transforma las cosas, o tal vez a la que ha transformado sea a mí...

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